La imitación como base del aprendizaje en los Trastornos del Espectro del Autismo – Parte I
La imitación es uno de los recursos más importantes de los que gozan los niños, pues van haciéndose partícipe de distintas situaciones y las integran a su conocimiento. Cuando los niños adquieren la habilidad de imitar el cambio reflejado en ellos es muy grande. La adquisición del lenguaje, así como su perfeccionamiento, van a depender en gran medida de la capacidad de imitación del niño. Al imitar los roles de los demás, se vuelven también más sociables y empiezan a mostrar nuevas habilidades. Por eso podemos concluir que la imitación es la base del aprendizaje.
Esta forma de aprender es, sin embargo, más difícil para niños con Trastornos del Espectro del Autismo, porque requiere que pongan atención sobre otra persona y lo que está haciendo. Es fundamental no sólo que comprendan el proceso de imitación, sino también que esa imitación pueda ser usada para adquirir nuevas habilidades y conocimientos.
Nosotros comenzamos a estimular a mi hijo Erik con ejercicios de imitación. Realizamos los ejercicios sentados el adulto y el niño frente a frente en una mesa. También se pueden hacer en el suelo, sobre un espacio delimitado con una alfombra.
Se hace una acción (por ejemplo “dar palmas”) y de inmediato se da la orden “hazlo tú”. El niño tiene que imitar esa acción -por eso no se le da la orden verbal “da palmas”. Cada vez que el niño lo hace, con o sin ayuda, recibe una recompensa y elogios: un trocito de algo que le guste, una caricia y un “Bravo, qué bien lo haces, das palmas”. En el caso de que el niño no repita la acción, pues se le cogen las manitas y se le ayuda a hacer el gesto.
En cada sesión se trabajan tres ejercicios, y cada uno se repite cinco veces. En sesiones posteriores se pasará a un nuevo ejercicio cuando el niño domine el anterior.
Es conveniente trabajar en un lugar donde no haya muchos estímulos para que el niño no se distraiga. Y se debe mantener siempre una actitud divertida, con la máxima interacción; así será siempre una experiencia positiva para el niño. A veces es bueno ayudarse de objetos que le gusten mucho para captar su atención y motivarlo: pompas de jabón, trompos, matasuegras, molinillos, juguetes con luz, etc.
Imitación con objetos:
El vídeo muestra cómo Erik (aquí con poco más de tres años) imita la construcción de una torre hecha con piezas de Lego. En este caso, sigue el orden de los colores, que nombra también. Estaríamos en un nivel un poco más avanzado de la imitación con objetos.
El primer tipo de imitación intencionada que aprenden los niños es la imitación de actos sencillos usando objetos. Primero se utilizan objetos atractivos para el niño y que además cumplan una finalidad: sacudir un sonajero o empujar un coche haciendo “rún-rún”, por ejemplo. El siguiente paso será la imitación de actos donde el objeto no cumple con su función. Por ejemplo, golpear la mesa con una baqueta, en vez de golpear un tambor; de nuevo hay un ruido que capta la atención del niño y le divierte.
Algunos ejemplos generales serían:
- Hacer una bolita con la plastilina
- Hacer un torre de 3 piezas con el Lego (luego se pueden ir complicando con otras construcciones)
- Apretar un juguete de los que suenan
- Hacer rodar un coche
- Volar un avión
- Hacer rodar una pelotita sobre la mesa o sobre el suelo
- Lanzar una pelotita al contrario
- Peinarse
- Lavarse la carita con una esponja
- Cepillarse los dientes
- Meter 3 objetos en una cajita
- Meter un objeto pequeño en otro más grande
- Introducir anillas en un palito vertical.
- Golpear dos tapas de una cacerola
- Golpear una cacerola con un palito o tocar un tambor
- Hacer una culebrilla con la plastilina
- Limpiarse la nariz con un pañuelo
- Hacer que se duerme
- Darle de comer a una muñeca con una cucharita
- Meter a la muñeca en la cama
- Ponerse un sombrero
- Tocar una maraca (y otros instrumentos)
- Abrir un libro
- Pasar la página de un libro
- Abrir /cerrar una puerta
- Encender /apagar la luz
- Revolver en una taza con la cuchara
- Beber de una taza
- Comer con una cucharita (yogur, por ejemplo)
- Abrir/cerrar el tapón de una botella
- Echar agua de la botella en un vaso
- Empujar un carrito (se puede poner dentro una muñeca)
- Darle cuerda a un juguete con música
- Entrar y salir de una caja
- Pasar debajo de la mesa
- Arrugar papel
- Romper papel
- Etc.
Imitación motora gruesa:
Este vídeo muestra algunos ejercicios de imitación. Antes de empezar se capta la atención del niño y después se da la orden “hazlo tú” (“mach nach”)
Normalmente, la imitación de movimientos corporales sigue a la imitación de objetos; es más dificil, porque requiere que el niño recuerde qué has hecho y después imitar esa acción. Comenzamos con movimientos sencillos: aplaudir, por ejemplo, es algo que muchos niños hacen espontáneamente. Además, hace ruido y se puede ver a la otra persona efectuándolo mientras uno mismo lo hace a la vez. Los movimientos más complejos que son más difíciles de ver los practicaremos más adelante: por ejemplo, tocar su nariz o poner sus manos sobre la cabeza serán más difíciles porque el niño no puede ver si la acción está siendo representada correctamente.
TRUCO:Hacerlo delante de un espejo si falla la imitación frente a frente.
- Dar palmas
- Dar palmas sobre las piernas
- Levantar los brazos
- Extender los brazos hacia los lados
- Tocarse la barriga
- Sacudir la cabeza
- Hacer adiós con la manita
- Frotar las manos
- Palmear sobre la cabeza
- Hacer el puño
- Señalar con el índice
- Hacer el gesto de “sí”
- Cruzar los brazos sobre el pecho
- Abrazarse
- Tocarse la nariz (y las diferentes partes de la cara)
- Rascarse la cabeza
- Cubrirse la boca con las manos
- Inclinar la cabeza hacia adelante
- Ponerse de pie / sentarse
- Ponerse en cuclillas
- gatear
- andar con los talones
- andar de puntillas, etc
Imitación de movimientos faciales:
El vídeo (septiembre de 2007) muestra cómo practicamos ejercicios de praxia con Erik. Utilizar un espejo fue de gran ayuda.
Erik, por su hipotonía muscular, babeó muchísimo hasta después de los tres años. Por entonces, casi no hablaba y lo que chapurreaba no se entendía bien. Su articulación no era buena porque tenía que fortalecer los músculos de alrededor de la boca. Empezamos a realizar ejercicios de praxias o de gimnasia bucal, que también son muy efectivos para favorecer la expresividad facial:
- Abrir la boca mucho y decir “AAAAAAAAAAAA”
- Cogerse la lengua con los dedos.
- Sacar la lengua
- Cerrar los labios con fuerza (MMMMM)
- Batir los dientes
- Reír
- Bufar como un caballo (BRRRR)
- Meter los labios hacia adentro
- Hinchar las mejillas
- Dar un beso (con mucho ruido)
- Hacer el indio (BAH, BAH, BAH; BAH)
- Tocar los dientes de arriba con la lengua
- Morder con los dientes el labio inferior
- Mover la lengua de izquierda a derecha
- Mover la lengua en círculos
- Coger con la boca de la mano, por ejemplo , trocitos de galleta
- Sorber con fuerza espaguetis cocidos (este ejercicio ayudó a Erik a aprender a sorber luego con la pajita)
- Sorber con la pajita
- Marcar un beso (labios pintados) sobre el papel
Como al principio les cuesta mucho hacerlo, hay que ayudarles, por ejemplo, colocándole la mano en la boca para moverle los labios, etc., pero siempre con mucha alegría. Con estos ejercicios hay que exagerar mucho, tener alrededor muchos juguetes que al niño le encanten, girar molinillos, soplar el matasuegras, soplar un pito…. A veces es bueno ayudarse de un chupa chups o de yogur o helado para motivar que saquen la lengua.
A nosotros nos ayudó también hacer los ejercicios sentados juntos y con un espejito.
ANEXOS:
Toda esta información viene del siguiente blog:
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